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Cultura fixie

¿Aun no sabes qué es una fixie?

Pues nosotros te diremos de dónde vienen, cómo han llegado a las calles de todas las ciudades del mundo y por qué necesitas una.

 

¿Cómo son?

Lo que tienen es todo lo que necesitas para andar: manillar, cuadro, sillín, pedales, cadena, piñón, plato y dos ruedas.

Lo que no tienen es frenos, porque si dejas de pedalear, dejas de andar. Sin cambios de marchas porque solo tienen una. Sin piñón libre y por lo tanto, sin punto muerto.

 

 Es decir, que si se mueven los pedales, se mueve la rueda trasera, y por lo tanto la bicicleta avanzará. Si quieres avanzar más despacio o parar, tendrás que reducir la marcha con los pedales hasta dejar de pedalear.

 

¿De dónde vienen?

Aunque ahora suene a bicis de modernos, las bicicletas de piñón fijo son las primeras bicis generalistas que aparecieron, abriendo el camino al ciclismo a millones de personas. En 1890 se inventó el piñón libre, y desde entonces la tecnología y materiales han avanzado muchísimo, pero la esencia es la misma.

 

El retorno a lo básico y el control máximo del movimiento son algunos de los motivos del renacimiento de la llamada “Cultura Fixie” aunque no podemos pasar por alto dos focos clave para entender cómo resurgieron las bicis de piñón fijo en la era de las mountain bikes.

 

New York, década de 1980: los mensajeros del Bronx empezaron a recuperar las bicis más baratas que encontraron. Y se dieron cuenta de lo bien que funcionaban.

Japón, década de 1940: surge una modalidad de ciclismo de velódromo llamada Keirin, un sprint definitivo tras unas vueltas de calentamiento tras un ciclomotor. En 2000 se realiza la primera competición olímpica y se confirman las apuestas millonarias que hay alrededor.

 

 

Además de todos estos datos, lo que dicen los fixieros es que engancha. Una vez te acostumbras a pedalear con piñón fijo el rendimiento y el control aumentan, por lo que puedes conseguir mayor velocidad, precisión y diversión.

Al ser una máquina básica, el mantenimiento es barato y la personalización sencilla, lo que facilita a los usuarios conseguir componentes especiales y bicis únicas.

 

Existen también subculturas dentro del mundo fixie, los que hacen trucos o juegan al polo en sus bicis, para éstas prácticas se requiere mucho entrenamiento y bicicletas muy robustas.

 

Nuestras Catalinas son bicis de iniciación al mundo fixie, bicis urbanas. Juegan con ventaja porque tienen el sistema Flip-flop, con el que puedes cambiar de piñón fijo a piñón libre dando la vuelta a la rueda trasera, por eso tienen frenos. Y, aunque existen fixies con diseños futuristas, nosotros hemos apostado por la vuelta a los clásicos, son fixies con diseño vintage, como las que seguramente montaron tus abuelos.

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